Clínicas de aquí y de allá

Demi Moore, estando casada con el potrísimo Ashton Kutcher, se hizo una cuenta de Twitter con el apellido de casada ( y se supone que los actores son modernos). Años después, cuando el potrísimo comenzó a picotear fuera del tarro y su matrimonio se fue a las pailas ( diría un chileno) todos los periodistas, o los más chusmas por lo menos, se preguntaban cuál sería el nombre de su cuenta de Twitter a partir de ahora. Barajaban nombres como: @Ashtonhdp, @muertealosinfieles o @mepasaporcomermeunpibe.
Finalmente Demi, vieja y sabia, bautizó a su cuenta @justdemi, traducido al castellano como @sólodemi ó @simplementedemi.
Esto viene a cuento porque estoy en crisis con el nombre de mi blog.
Por un lado me siento que le tomo el pelo a los inocentes, que me hacen consultas del tipo: Buenas tardes: quisiera saber si se dedica a hacer buzos de egresados ó quisiera saber si hace arreglos en general u hola, hace vestidos de 15??? Me da vergüenza tener que escribirles Hola, no, no me dedico a coser, esta página es meramente recreativa. Saludos!
Betty, como Demi, es más que una costurera. Es una repostera ( ese es mi campo de investigación desde hace un tiempo), una viajera, una madre, una esposa, una hija. Tanto ha progresado Dani, que casi no necesita de su alter ego Betty.
No me dediqué a ver qué tan difícil, o fácil, es cambiar de nombre pero, quizás, si sigo con la crisis lo haga. Por supuesto que el primer nombre que se me ocurre es Just Dani (debe estar plagado de eso), pero no soy fan de «ainglesar» (hay una palabra que no recuerde en este momento para reemplazar esa?), prefiero algo en español. Entonces se me ocurre Simplemente Dani, pero ahí viene otro problema. En mi familia primigenia nunca me dijeron Dani, ni siquiera en el colegio primario, ni en el secundario, ahí era Dana, Danu pero no Dani. Mi hermana y Leonor, mi ex jefa en el colegio me dicen Dániel, así con acento en la A. Mi tío Joel me dice Danielita y Gusti me dice Yegua…(sin comentarios).
Con lo cuál llego a Simplemente Daniela, pero ya perdí a los lectores porque se aburrieron con el larguísimo título. Por último se me ocurrió Barbie, que como la muñeca, cubre todos los intereses. Barbie, doctora; Barbie, repostera; etc
Pero, bueno, por ahora seguiré siendo Betty.

Yendo al tema que hoy nos convoca les cuento que Septiembre y Octubre fueron meses moviditos.
Comenzamos Septiembre con la angustia de acompañar a mi mamá en el proceso de combatir esa enfermedad que comienza con C, pero que no voy a nombrar completa para que no ocupe nada de mi espacio recreativo.
Gracias a Dios y al Dr. Garate, que la operó y la atendió con la mejor onda, mi mamá puede decir que fué sólo un susto y que tiene que hacerse controles cada seis meses y nada más.
Al otro médico, el que la atendió primero, Dr. Cabaña, el que esperó un año y medio para hacerle hacer una biopsia, sólo le deseo que atiendan a su madre, cuando deje de atender hombres a cambio de dinero, igual que él atendió a la mía.
Así se fue Septiembre, dejando una mezcla de sabores y el piso removido, como los terremotos que mientras tanto ocurrían en México.
Octubre llegó y con él un dolor de hombro que me tiene loca y que no da tregua. Que si fui al médico? No
Que si pienso ir al médico? No
Fuiste a hacerte masajes? No
Pensás ir? No
Bueno, jodete! Ese es básicamente el diálogo que tengo con el Churri, apodo cariñosito para mi forrito esposito 🙂
Sé que puedo ser necia, por decir lo menos, pero no tengo ganas de sacar un turno, que no será hasta dentro de tres semanas por lo menos, que me revise, que me de una orden para hacerme una radiografía, que la radiografía no muestre nada entonces que me mande a hacer una resonancia, que salga alguna hernia de disco, que me mande a hacer kinesiología con un supuestamente buen kinesiólogo, que me hizo sospechar que era amigo de Kevin Spacey, con sus toques casuales de partes prominentes y que encima me pide que le lleve torta de chocolate. Por supuesto que aguanté hasta la sexta sesión y abandoné, dejándolo con 10 sesiones firmadas. Ni me acuerdo el nombre de ese imbécil, porque sino lo escracho.
Asique, no..no voy a ir al médico todavía. Los mantendré informados sobre la cantidad de extremidades que me quedan en los próximos posteos.
El 13 de Octubre nos fuimos a visitar a los chicos en lo que terminó siendo un viaje para acompañar a Cata en su operación de rodilla, ya que gracias a una precisa y rápida coordinación con su médico, pudo operarla mientras estuvimos allá.
Gracias a Dios y al Dr.Lovera, Cata está espléndidamente bien y recuperando movilidad a pasos agigantados. Fuimos atendidos como reyes en un palacete de lujo, casi como si dejáramos un riñón en cada pago realizado a la prepaga. Pero vale la pena, por lo menos en Buenos Aires.
Les haré un comparativo de un sanatorio local atendido por Pami y un sanatorio de Bs As atendido por Swiss Medical.

Paso 1: llegamos con mi mamá a hacer el ingreso a las 8.00 de la mañana. Estaban sin luz ni sistemas porque la noche anterior se había incendiado una parte del edificio. Pareciera que la gente sin una computadora, ahora no sabe qué hacer. Finalmente la ingresaron y nos fuimos a esperar.
Esperamos en la 2da planta, sentados en una sillas plásticas, hasta que le dieran una cama, cosa que ocurrió cerca de las 12.30.

Paso 1 vip: llamaron a Cata para avisarle que en vez de operarla a las 17, la iban a operar a las 15, por lo tanto tuvimos que ir a las 13 para hacer el ingreso. Iba directo a la operación, por lo tanto esperamos en la planta baja, en unos sillones de tres cuerpos, mullidos y de cuero.

 

Paso 2: A mi madre le dieron una habitación compartida, ya que no hay opción de elegir individual. En lo que antes era habitación individual, pusieron dos camas. Y en lo que era habitación compartida por dos personas, ahora hay TRES camas. Una de esas le tocó a mi mamá. Ingresaron juntas con María Elena, su vecina de cama y operación.
Primero vinieron a buscar a su vecina y a los 50 minutos se llevaron a mi mamá.
Nosotros nos fuimos a esperar al barcito del subsuelo, justo ahí donde está el motor de vaya a saber qué, que hace bastante ruido en intervalos cortos.

Paso 2 vip: una vez que le dieron el ingreso a Cata, nos subimos a uno de los dos ascensores con capacidad para 10 personas, por lo menos; y fuimos al segundo piso a esperar que la llamaran. Un hall, con algunas sillas, como las del nosocomio local, pero acolchadas; y un televisor sin volúmen mostrando el paso a paso de la autopsia de Santiago Maldonado. (Si alguien pregunta dónde está, creo que todavía está en Junín y Ayacucho…).
Pude acompañarla hasta el lugar donde se cambió, salió un minuto el médico a presentarse y a buscarla.

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Mientras esperábamos con Gusti,nos volvimos a tomar el súper ascensor y nos fuimos al piso 12, donde se encuentra el restaurant, que si no estás muy angustiado o nervioso, te hace olvidar que estás con un familiar anestesiado. La vista amplia y luminosa; el menú gourmet y el lemon pie, el mejor consuelo.

 

Paso 3: Mi mamá volvió despierta de la operación ya que se la realizaron con anestesia parcial. Semejante operación (histerectomía) con peridural es un maravilloso avance de la ciencia.

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Pacífica y sin dolor tuvo una recuperación bastante rápida. También la ayudó preocuparse por su vecina, María Elena, que no se sentía tan bien. Eso le permitió a mi mamá distraerse y hacer lo que le sale y siempre hace: ocuparse de los demás. Nos mandaba a mi hermana y a mí a mojarle la toalla a María Elena, a ayudarla a sentarse, a traerle agua. Y a su vez, María Elena aportó su buen humor y comentarios graciosos.
Al día siguiente se incorporó Zora, una chica/señora que tuvo que esperar hasta cualquier hora para que le hicieran la intervención quirúrgica. A partir de ahí nunca éramos menos de cinco en la habitación…

Paso 3 vip: Cata tardó bastante en salir, casi tres horas. Salió el mėdico a decirnos que fue un éxito la operación, que le puso un ligamento re grueso y que a esa rodilla no se le corta ese ligamento cruzado nunca más. Nos dijo que la mandaban a una habitación a recuperarse y que a las 22 hs, se podía volver a casa.
No me acuerdo el número de habitación, pero era en el sexto piso. Llegamos primero que Cata.
El tamaño de la habitación nos impactó. Dividida en dos, en una parte la cama, ancha y moderna, en otra parte y separada por una mampara una salita de estar con mesa ratona y sillón blanco de tres cuerpos. Acá, te ponen 6 en esa habitación!
Cata llegó despierta pero con algún amnésico que la hacía estar hiperactiva e hiper repetitiva. De buen humor y con ganas de hablar, nos contó 20 veces que el doctor también había atendido a un pro de handball. Luego de un rato se durmió casi una hora y media. Cuando se despertó estaba como nueva!

 

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Paso 4: Para subir o bajar las camas de mi madre o sus vecinas,había que hacer la búsqueda del tesoro para encontrar la bendita manija, que si quedaba puesta, se te clavaba en la pantorrilla y si la sacabas del lugar caía en el agujero negro. Para bajarte de la cama, buscar los escalones, que siempre están abajo de la cama, a dos centímetros más allá de donde te llega el brazo. Ni hablar de las mesitas para comer, que para subirlas o bajarlas había que desarmarlas completas.
Las pobres enfermeras, buenas pero excedidas de trabajo, hacían su recorrida habitual y pasaban al comenzar su turno y pará de contar. Si no te acordabas de pedirle algo cuando venía, estabas frito. Mi mamá se quedó con el suero como tres horas más porque el médico no dejó anotado que había que sacárselo. Averiguaron enseguida, pero no volvieron hasta la tarde.
El último día, cansada de esperar a que vinieran, Zora fue al baño, resbaladizo, sin barandas y atiborrado de cachivaches ( papagallo,chatas y esas beldades), con tanta mala suerte que se desmaya en el baño, se le sale el suero y comienza a sangrar a borbotones por el mismo lado donde se le salió el suero. Por suerte mi mamá o María Elena escucharon un suave y débil: Chicas! Necesito ayuda! Y allá tuvieron que salir corriendo las recién operadas a pedir ayuda!!!

Paso 4 vip: Apenas llegó a la habitación, vino una enfermera a chequear sus signos vitales. Salió enseguida y a los dos minutos vino un doctor preocupadísimo porque la enfermera le había avisado que estaba saturando mal el oxígeno. La revisó y le volvió a tomar, pero ya se estaba normalizando. Nos avisó que terminaba de hacer la ronda y volvía a chequearla.
Cada media hora, o menos, venía alguno vestido de blanco a verla.
Cuando finalmente se despabiló Cata, se acomodó la cama con dos botones ubicados en la baranda, a su alcance, sin necesidad de manijas anticuadas.
Aburrida, fui a revisar el baño. Enorme, con barandas a los costados del inodoro que se suben o bajan de acuerdo a la necesidad, botón que se aprieta apoyándote en el respaldo del inodoro, ducha con mampara, shampú, acondicionador, gorra de baño y pantuflitas de goma eva. Una divinura!

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Lo más sorprendente para mí fue cuando Cata se quiso bajar de la cama, apretó un botón y la cama bajó hasta una altura normal, prescindiendo así de los escurridizos escalones.
La mesita liviana y que se subía con una sola mano sirvió para apoyar el plato de milanesa con calabaza que, según Cata, estaba buenísimo.

Último paso: Luego de auxiliar a Zora, tomar el desayuno y volver a dormir un ratito, les dieron el alta a las dos operadas. Zora, debido a su «accidente» se tuvo que quedar.
Mi mamá se fue contenta y llena de energía de vuelta a su casa, para seguir cada día mejorando un poco.
Lamentablemente no fue así en el caso de María Elena. Nunca se pudo recuperar del todo y finalmente falleció un día después del Día de la Madre. Fue un placer conocerla y creo que Dios nos cruzó en el camino para darnos apoyo mutuo y hacerles a las dos internadas la vida más entretenida. Y dió resultado porque a pesar de las fallas en el sistema, la atención deficiente y la falta de comodidad, esos días fueron interesantes y hasta divertidos.

Último paso vip: Después de cenar, avisamos que nos íbamos, vino un muchacho con una silla de ruedas y llevó a Cata hasta afuera a esperar un taxi.
Llegamos al depto y luego de vomitar por la pobreza del lugar, ahre, diría Cata! (Traducción de ahre según mi interpretación: no,mentira! Estoy jorobando!)
Cata también le puso energía positiva a su post operatorio y se notó porque el doctor estaba gratamente sorprendido por su pronta recuperación.

 

Conclusión: El lujo es una anécdota divertida, lo importante es de quién te rodeás y la energía positiva que le pongas al problema. Es dar apoyo y recibirlo multiplicado. Y , sobretodo, se trata de tener una buena prepaga! Jaaaa!

Gracias a los que leen, gracias a los que me extrañan y gracias a la vida que me ha dado tanto!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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